México, Ciudad de México. 27 de Diciembre 2022
Querido Mario.
Esperando te encuentres bien, antes que nada, quisiera pedirte una disculpa, desde hace ya casi dos meses que tengo pendiente el escribirte y entre una cosa y otra no pasaba de la intención, justo tu obra se me cruzó en un momento de complejidades, lo cual no es necesariamente negativo, pero si fue un momento donde me sentí con poca claridad para poder escribirte del modo en que deseaba.
Desde que pude encontrarme con tu obra [bien limpios esos afectos y de tener el archivo de la lengua mordaz] no dejo de darle vueltas, hay algunas preguntas que van surgiendo, algunas regresan cada que vuelvo a escucharla, otras van desapareciendo o se van reformulando, un ir y venir entre los afectos y las sorpresas que tu obra va despertando.
Mi intención no es desbordarte en preguntas y mucho menos hacerlo parecer un interrogatorio, sino poder abrir una conversación acerca del trabajo que has realizado, de las voces que en el colaboran, de las ideas y afectos que se desprenden, así como de la posibilidad de construcción que de este trabajo se van generando.
Así que creo que comenzaré con la parte que pareciera más evidente, pero que me parece hay que seguir puntualizando, aunque ambas obras son muy diferentes, tanto por el contenido como por el formato, las dos comparten esa misma denuncia, la exclusión de discursos por parte de las instituciones, una especie de censura institucional, en donde el privilegio de lo dicho recae en aquellas figuras de las personas profesionistas, dejando en el olvido los discursos de quienes habitaron y transitaron por aquellos espacios.
En la introducción de bien limpios esos afectos, mencionas que la memoria colectiva siempre será selectiva, es imposible rescatar todas las experiencias, todos los archivos y aquí es donde quisiera comenzar, ¿cómo te diste esta tarea de búsqueda? ¿por qué/para qué hacer este ejercicio para rescatar aquellas voces?
Y siendo que este es tan solo un inicio hay una pregunta que, a mi parecer, no puede quedar de lado, tal vez, es por mera curiosidad mía, pero ¿Cuál fue tu proceso para nombrar tus obras? Ambas nos van dando una idea de lo que encontraremos al adentrarnos en ellas, pero ¿cómo fue ese proceso de encontrar la manera de nombrar aquello que se enunciará en la obra?
Un afectuoso abrazo
Luis G. Arroyo Lynn
P.D. Espero que estés teniendo una excelente temporada de fiestas y que se venga perfilando un gran cierre de año.
Nota: Primer parte del intercambio a partir de la obra de Mario Norberto Fernández Damas. Para la introducción a su obra y acceder a esta puede seguir este enlace https://madinmexico.org/bien-limpios-esos-afectos-de-tener-la-lengua-mordaz/
La fecha que aparece en la parte superior corresponde al inicio de la conversación.